5 RAZONES POR LAS QUE LA MISA NO ABURRÍA A LOS SANTOS


Antes de leer este hermoso articulo te invito a que mires fijamente aquella fotografía que muestra la promesa encarnada ,el pacto que Jesús hizo con todos nosotros ,su presencia es real ,es verdadera con la acción de la fuerza misma de Dios que es el Espíritu Santo,hnas y hnos Dios te llama a vivir profundamente la Eucaristía y no solo allí sino ser instrumento de amor para salvar almas,Jesus te llama para que nada ni nadie te arrebate tu corona celestial que el Rey de reyes te lo da a ti que eres un príncipe e hijo de un gran Rey.
Si eres aquel aburrido,aquel que se duerme en las bancas  en las iglesias ,si eres el aquel que no saludas al Santísimo y no les das el sitial que se merece ,te invito hacer un alto y que hables con Él en estos momentos y si tienes algún problema habla con Él y no calles ,te invito que les entregue tus problemas a Él ,te invito a que abandones al hombre viejo y seas el hombre nuevo ,aquel hombre que enciende la luz con ayuda del Espíritu Santo, aquella luz de otros apagadas por la tristeza ,decepciones o fracasos o aquellos que nunca la encendieron o que no conocían de ellas,te invito hermano a vivir verdaderamente la Eucaristía y a doblar rodillas sinceramente,abandonate a Dios,vive la palabra sin importar dificultad ,la palabra completa inundada de amor y no de un fanatismo ,vivir la palabra llenas de las llamas de amor y no cargar una biblia sin vivir su contenido y ese vivir es amar al projimo y al amar al projimo amas verdaderamente a Dios Padre Celestial . Amen

Veamos el siguiente articulo para la honra y gloria de Dios, le habla el hno. Rafael en reflexiones de Dios del Ministerio de Apología y Adoración Católica. Panamá

¿Alguna vez te aburres en misa?
No te preocupes, no te estoy juzgando. Cuando volví a misa por primera vez después de algún tiempo alejada, me pareció aburrida. Pero la presencia de Jesús en la Eucaristía me atraía y, con el tiempo, Su presencia en la misa me enseñó los caminos del cielo, me ayudó a desarrollar un mayor amor por la misa. Me di cuenta de que la misa era la oración más importante que pudiera rezar cualquier día.
Parafraseando al beato Santiago Alberione, la misa es como el astro rey de las oraciones. Dicho de otra forma, no hay nada que podamos hacer para acercarnos más a Dios que cuando vamos a misa.
Dicho esto, aunque ahora valoro más la misa que recién regresada a la Iglesia, a veces todavía “pongo el automático” y, hay días que al llegar el final de la misa me doy cuenta de que mi mente estaba a miles de kilómetros de distancia. Mi amor por la misa ha ido creciendo en fervor con el tiempo, pero aún necesito trabajar para mejorar.
Tal vez, igual que yo, tú también necesites un poco de motivación para ir a misa, para ver el valor que tiene, para encontrar su significado, para involucrarte y para esperar con el entusiasmo que se merece la llegada de esta oración de oraciones.
Aquí hay algunas razones por las que los santos no se aburrían en misa:
1 Los santos sabían que iban a misa con los ángeles: En ninguna misa falta asistencia. La próxima vez que vayas y haya sólo un puñado de personas en las bancas, recuerda que ¡hay ángeles por todos lados!
Los cielos se abren y multitudes de ángeles vienen a asistir al Santo Sacrificio. – San Gregorio Magno
Los ángeles rodean y ayudan al sacerdote cuando está celebrando misa. – San Agustín
2 Los santos dependen desesperadamente de la misa: La próxima vez que asistas a misa, pide a Dios por la gracia de comprender cuánta es la sed del alma por las gracias de la Eucaristía. Los santos conocían bien esta sed.
Sería más fácil para el mundo para sobrevivir sin el sol que prescindir de la Santa Misa. – San Pío de Pietrelcina 
La Misa es el alimento espiritual que me sustenta y sin el cual no podría vivir un solo día o una sola hora de mi vida. – Madre Teresa
Los santos querían honrar a Dios más que cualquier cosa: Si amas a Dios y le quieres devolver el amor que te da, ir a misa es probablemente lo mejor que puedes hacer. Es lo mejor porque participamos en el sacrificio de Jesús, sin confiar en que podríamos estar haciendo cualquier otra cosa. Y si nos centramos en amar y honrar a Dios en lugar de a nosotros mismos, entonces la misa no es aburrida.
Una única misa honra más a Dios que todas las penitencias de los Santos, las obras de los Apóstoles, los sufrimientos de los Mártires e incluso que el ardiente amor de la Bendita Madre de Dios. – San Alfonso Ligorio
Todas las buenas obras juntas no equivalen al santo Sacrificio de la Misa, porque son obras de los hombres, y la Misa es la obra de Dios. El martirio no es nada en comparación: es el sacrificio que el hombre hace de su vida a Dios; pero la Misa es el Sacrificio que Dios ofrece al hombre de su Cuerpo y de su Sangre. – San Juan Vianney
Los santos encontraban felicidad en la misa: La fuente de la verdadera felicidad sólo puede encontrarse en última instancia en Dios. Los santos lo sabían y por eso iban a misa, para encontrar la auténtica dicha.
Fue la alegría lo que me trajo a la fe, la felicidad por el nacimiento de mi hija, hace 35 años, y se renueva constantemente cuando recibo a nuestro Señor diariamente en misa. – Dorothy Day
Los santos sabían que la misa es intemporal: La misa representa el Misterio Pascual de Cristo. En otras palabras, no sólo estamos rememorando la muerte y resurrección de Jesús, sino que la estamos reviviendo, nos adentramos en un momento fuera del tiempo y somos testigos del vertido de gracias salvíficas sobre el mundo.
Jesus… [es] el Cordero que fue sacrificado pero que vive para siempre, que renueva a cada instante su pasión por la continua celebración de misas por todo el mundo.– Beato Santiago Alberione
La Misa hace presente el sacrificio de la Cruz– San Juan Pablo II
Hay muchas más razones para asistir a misa, muchas más para luchar por encontrar ese profundo significado que los santos pudieron ver.
Pero terminaré con una última cita motivadora de san Leonardo de Puerto Mauricio (supongo que la pronunció con una sonrisa traviesa):
Pueblos insensatos, pueblos extraviados, ¿qué hacéis? ¿Cómo no corréis a los templos del Señor para asistir santamente al mayor número de Misas que os sea posible?



OTRAS REALIDADES

Como ya sabéis muchos de vosotros, cada vez hay más personas que empiezan a identificarse como “espiritual, pero no religioso”.Siempre he sospechado que esta frase abarca a un grupo muy diverso de personas, algunos más cerca del agnosticismo de lo que querrían admitir, y otros que practican una fe de forma periódica pero que no quieren identificarse demasiado íntimamente con ella.
Circunstancialmente he llegado a creer que la frase “espiritual pero no religioso” la usan pocas veces personas que de veras implementan varias prácticas espirituales en sus vidas.
Pero pienso que las personas que usan esta frase quieren sinceramente ser más espirituales, de ahí que usen la expresión.
La frase transmite simultáneamente una alienación de Dios (presentado como despegado de la mayoría de prácticas espirituales) y un genuino deseo de establecer una relación con Él.
Hace poco leí un estudio interesante realizado hace unos años por una socióloga de religión, Nancy Ammerman, que confirmaba lo dicho. Su investigación constató que la mayoría de las personas que son “espirituales” dependen en gran parte de las tradiciones y prácticas religiosas.
De hecho, descubrió que las personas que eran “más activas en una religión organizada también eran las más comprometidas en las prácticas espirituales y en una visión espiritual del mundo”.
También reveló que “las personas con un sentido más sólido de una presencia sagrada son aquellas que participan en actividades religiosas que facilitan el diálogo y las relaciones”.
En otras palabras, parece ser que lo “espiritual” de “espiritual pero no religioso” depende en realidad, y bastante, de la participación en una tradición religiosa.
Nuestra cultura individualista y relativista nos guía, naturalmente, hacia un deseo gnóstico de separar las prácticas religiosas (cuerpo), asociadas con el dogma y las normas, de la espiritualidad (alma), asociadas con una relación con Dios.
Pero nuestra realidad humana, sencillamente, no permite que esto suceda. Somos tanto alma como cuerpo. Si no usamos nuestro cuerpo en la vida espiritual, nuestra alma sufre.
Una forma sencilla de explicar esto se encuentra en lo que entendemos secularmente como crear un hábito.
Si queremos estar sanos, no es suficiente con desear estarlo, ni siquiera con desarrollar actitudes psicológicas saludables. La salud requiere tanto del cuerpo como de la mente. Y están interrelacionados.
¿Por qué pensar que la espiritualidad es diferente?
Una persona “espiritual pero no religiosa” se parece mucho a una persona muy madura emocionalmente que está viendo Netflix sin parar, come comida basura, no tiene trabajo y se pasa todo el día en el sofá.
No existen muchas personas así, porque la salud mental y corporal están interrelacionadas, de igual forma que espiritualidad y religión son inseparables.
Así que afrontémoslo, las tradiciones de las religiones establecidas tienen miles de años de experiencia y conocimientos acumulados en el área del crecimiento espiritual.
Sencillamente, no tiene sentido que alguien rechace esa sabiduría si la relación con Dios le parece verdaderamente importante.
Como esto es cierto, creo que ahí fuera hay muchas personas “espirituales pero no religiosas” que están sedientas de más “espiritualidad” pero que en realidad no saben cómo obtenerla. Y la respuesta es fácil: religión.
¿Te criaste en el catolicismo aunque te identificas como “espiritual pero no religioso”?
¿Conoces a alguien que sea “espiritual pero no religioso”?
¿Vas a misa casi regularmente o con normalidad pero buscas algo más?
Pues aquí tienes tres prácticas religiosas que puedes desarrollar para ayudarte en tu vida espiritual:
  1. Practica un examen diario. Esta práctica tiene unas raíces ancestrales y lleva practicándose durante siglos por personas que se toman en serio su desarrollo espiritual. Normalmente consta de cinco pasos en los que nos ponemos en presencia de Dios y revisamos nuestro día. Esta oración no es un momento para “fustigarnos”, sino para repasar el día en actitud agradecida y pedir a Dios la gracia de poder hacerlo mejor en las ocasiones que no fuimos espiritualmente maduros. Esta oración nos ayuda a crecer en virtud y desarrollar una actitud de gratitud. Si lo quieres hacer de forma más efectiva, establece una hora fija para la oración y asegúrate de cumplirla todos los días.
  1. Da un paseo de Rosario. Muchas personas “espirituales pero no religiosas” encuentran a Dios en la naturaleza, lo cual es totalmente comprensible. Yo me convertí del ateísmo poco después de trabajar diariamente en una granja durante varios meses; no fue una coincidencia. Entonces, una forma de combinar las prácticas religiosas con la naturaleza es rezar, no sólo sentir un arrebato de gratitud y asombro en cualquier momento, sino rezar de forma meditativa mientras se da un paseo o se hace senderismo. El Rosario es una gran revisión de algunos de los acontecimientos básicos en los Evangelios y, desde mi experiencia, caminar al aire libre mientras rezo el Rosario es una de mis formas favoritas de rezar esta antigua oración.
  1. Adoración eucarística. Busca una capilla por tu zona. Si no puedes encontrar una capilla, entonces averigua cuándo abre tu iglesia local. Es posible que no creas en la Eucaristía. Es posible que ni siquiera sepas qué es, más allá de un vago recuerdo de la Primera Comunión. Pero pruébalo. Ir a la capilla de adoración eucarística es una forma estupenda de estructurar el tiempo de oración. Comprométete a ir una vez a la semana durante una hora. Toma asiento ante la presencia de Dios. No te agobies mucho sobre lo que deberías estar haciendo o pensando. Simplemente habla con Dios como lo harías con un amigo. Luego, siéntate en silencio y deja que la presencia de Dios te arrope. No luches contra las dudas que puedan borbotar en tu mente. Simplemente deja que se vayan flotando mientras tú permaneces en tu envoltura de silencio.
Es cierto, admitámoslo; soy monja y si tú eres un católico que hace tiempo que no va a misa, espero que te replantees regresar.
Sin embargo, si tu actitud es más bien recelosa, pero sigues queriendo integrar algunas prácticas espirituales en tu vida, este es un buen comienzo; además, no es tan intimidante como volver a misa el domingo y sentarse en la banca de atrás.
Aunque tal vez eso no sea tan mala idea.
Si eres católico y tienes amigos a los que querrías invitar a volver a la Iglesia pero no estás seguro de cómo hacerlo, quizás quieras echar un vistazo a mi libro: The Prodigal You Love: Inviting Loved Ones Back to the Church [El pródigo que amas: invitar a los seres queridos de vuelta a la Iglesia]

fuentes: http://es.aleteia.org/


santos en misa

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